¿Y qué pasa con mis abuelos?

Sentada en el salón de repente me imaginé a Lucas observándome mientras escribía y haciéndome esta pregunta. Y llevaría razón. ¿Dónde dejamos a los abuelos en este papel de la crianza?

Yo no tuve relación con mis abuelos maternos, ellos ya no estaban desde hacía muchos años cuando yo llegué. Sí tuve relación con mis abuelos paternos aunque no fuera muy cercana.

Cuando era pequeña, recuerdo añorar visitarlos los domingos, cuando salía a jugar a la calle y me encontraba con que todos mis amigos habían ido a visitar a los abuelos. Y recuerdo la ilusión que me hacía y lo contenta que me ponía cuando mis padres me decian "hoy vamos a ver a los abuelos".

Para mí representaban figuras entrañables.

Hoy en día, el papel de los abuelos ha cambiado bastante. Y tanto! Hoy, los abuelos, en muchísimos casos, son el todo!

Son una fuente inagotable de amor. Aman a sus hijos, y ya sabemos que se siente cuando nos convertimos en padres, y aman de manera ilimitada a sus nietos. ¿Existe un amor más grande que el amor a los hijos? Quizás sí. Sólo los abuelos pueden responder esta pregunta.

Es posible que nosotros, los padres, a veces nos podamos sentir en conflicto con ellos, porque son consentidores y se suelen saltar nuestras normas. Para los niños que tienen la suerte de disfrutar de sus abuelos, es tan necesario como enriquecedor que estén en sus vidas.

Los niños crean un fuerte lazo de unión y complicidad con sus abuelos. Sienten su ternura y les encantan sus batallitas.

Es una relación que se debe fomentar y que, en muchos momentos, en lugar de pensar tanto que los abuelos deberían mantenerse al margen de muchas cosas, también deberíamos pensar que nosotros debemos mantenernos al margen y respetar el mundo que abuelo@-niet@ son capaces de crear entre ellos.

Es una relación tan beneficiosa tanto para nuestros hijos como para ellos. Para los pequeños son pilares fundamentales de la familia y de su continuidad. Gracias a ellos logramos que nuestro pasado, nuestra historia esté mucho más cercana y sobreviva a través de muchas generaciones. Para los abuelos, una razón y una forma de sentirse útiles y necesarios y, no logro imaginármelo, pero sospecho que ver una parte de tí en algo tan dulce y pequeño empezando a vivir, debe ensanchar el corazón.

En la vida de mis hijos, han sido y siguen siendo indispensables, y tantos unos como como otros, son inmensamente felices juntos.

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