Beneficio de la risa para la salud. Primera sonrisa de Lucas

Mi bebé ya empieza a sonreír y, en breve, a reír. Ha echado su primera sonrisa con 30 días, a un día de cumplir su mes.
No hablo de la sonrisa fruto de los reflejos consecuencia de su sueños, sino de una risa fruto de mis palabras, de mirarme a la cara y mis caricias a la par que le hablaba.
Así que hoy vamos a recordar lo bueno que es para todos, para nosotras y nuestros bebés reír cada día muchas veces. Con nuestros tesoros lo tenemos muy fácil.
"Los efectos de la risa se traducen en energía positiva que contribuirá al buen estado físico y mental de las personas, así como al incremento de la alegría, esperanza y optimismo, motores esenciales en el despegue y desarrollo del ser humano.
Las investigaciones han revelado que reírse por 5 minutos equivale a 45 minutos de ejercicios, lo cual llega a movilizar músculos del torso, hombros, brazos, abdomen, diafragma y piernas. Pero también se genera una importante oxigenación de los pulmones y ayuda a desarrollar la actividad cardiovascular.
Para nadie es una novedad que la risa y el buen humor le agregan un condimento muy importante a la existencia de las personas, muchas veces golpeadas por los avatares de la vida. Pero la risa también es beneficiosa para quienes se encuentran en el entorno de la persona que ríe, ya que le agregan un ingrediente muy especial a su diaria actividad.
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Una sola risa o carcajada logra movilizar más de 400 músculos de nuestro cuerpo, llegando a beneficiar considerablemente el sistema cerebral, digestivo, nervioso, cardíaco y muscular. Además, es un excelente remedio para los casos de estrés.
Sin embargo, para lograr un resultado verdaderamente efectivo en nosotros a través de esta terapia, los investigadores indican quepor lo menos habrá que reir unas 30 veces al día si es que deseamos lograr resultados altamente beneficiosos para nuestra salud.
¿Qué sucede en el interior?
Cuando nos reímos, nuestro organismo segrega diversas sustancias a nivel cerebral, en primer lugar, endorfinas, elementos que tienen gran poder analgésico mitigando el dolor; asimismo, se libera adrenalina, (componente que incrementa creatividad e imaginación), dopamina (favorece la agilidad mental) y serotonina (posee efectos calmantes y disminuye hambre y ansiedad).
Recuerda que es muy importante adquirir actitudes positivas ante los problemas y que reírse de ellos puede ser benéfico, pues es uno de los ejercicios más saludables para mejorar la calidad de vida.
Fuente artículo: sentirmebien.com
Fuente foto: sentirmebien.com

Mi adolescente, cómplices

El viernes por la noche,  más bien de madrugada, tumbada en la cama con Lucas que tomaba el pecho entre sueños, Gonzalo se acercó a mi habitación para preguntarme si podía acompañarlo al día siguiente a comprarse unos pantalones.
Le dije que sí inmediatamente sin pensar en los inconvenientes que luego se me vinieron a la cabeza , las pocas horas de sueño, dar el pecho a Lucas a demanda , coger el transporte público, las temperaturas tan altas que nos esperaban, ...
Sería la primera vez que salía de casa y del parque, al menos en dos meses, mi último mes de embarazo y el primer mes de Lucas entre nosotros y, lo más importante, compartir tiempo con Gonzalo que tanta falta me hacía.
Esta tarde, Lucas no conciliaba el sueño molesto por los gases. Me fui a pasear al parque porque durante el paseo él se queda mucho más tranquilo y, como era demasiado temprano y hacía calor, casi fui la única persona que andaba por allí. En aquel silencio, con el sonido de la cigarra acompañándonos, pensaba sobre todo esto.
Me encantó ir de compras con Gonzalo, esperarlo entre los probadores, entrar en varias tiendas comparando los modelos y los precios y a la llegada a casa, reírme tanto con sus bromas que casi no podía moverme del sitio encogida de la risa.
Y, entonces, mientras estaba sentada en el banco rodeada de aquel silencio, me llegó un mensaje de él diciéndome que estaba desesperado porque el autobús que había cogido para ir al centro dónde sus amigos le esperaban, iba pisando huevos.
Volví a sentirme dichosa porque mi hijo de 16, que había salido con sus amigos, me enviara en medio de sus pensamientos un whatsapp para contarme aquello.
Y me volví a sentir dichosa mirando a Lucas y saberlo ya parte de esta complicidad, convertida ya en una complicidad de tres.
El tiempo avanzaba y la tarde empezó a estar mucho más agradable. El parque recibió más visitas y yo en particular una muy dulce

Delantal de lactancia

Ya llevaba tiempo mirando y remirando dónde comprar un delantal de lactancia. La idea me encanta.
Hasta el momento no salgo del parque junto a casa y de casa. No he tenido inconveniente en dar el pecho a Lucas delante de alguna visita o en el parque, en algún lugar cómodo, pero imagino quedar con amigos, ir a algún lugar a almorzar o cenar, hacer senderismo con un grupo, y si puedo alargar la lactancia todo lo que pueda, personalmente me daría reparo y no me sentiría cómoda si no me descubro de forma discreta.
Los únicos delantales de lactancia que he encontrado son la firma Bébé au lait, parece que tuvieran la exclusividad para este producto y es carísimo. Los que están de rebajas no bajan de los 32 euros además de que no había un estampado que me gustara.
Me llegó la hora de volver a sacar partido a mi costura, que me ha servido para hacer todos los disfraces de la infancia de Gonzalo. No se me olvidan las horas nocturnas después de un largo día de trabajo, cosiendo, todo a mano porque nunca tuve máquina de coser, cuando él dormía, y la ilusión en su cara cuando al despertar por la mañana veía el disfraz de la fiesta de fin de curso o de Navidad terminado. Seguro que alguna de vosotras me suspenderíais. Estos son algunos de ellos, jajajaja:
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Me pasé por una tienda de telas y compré un retal por 4 euros de un estampado muy alegre. Los hilos los tenía en casa desde hace años y me puse manos a la obra.
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Ya está listo para mostrároslo y para usarlo cuando surja.


La llegada de Lucas

Lucas está durmiendo, ssshhhhhhh, sí, como lo estáis leyendo. Ya no me patea el hígado, jajaja, ahora patea con sus pequeñas y a la vez largas piernecitas al aire, cuando no se encuentra a gusto.

Gracias por todas las felicitaciones que me habéis hecho llegar. No he podido contestar pero las he leído todas, y ahora recomienzo brindandoos todo mi agradecimiento. de corazón.

Os lo cuento cortito, desde el alma, porque cortito fue, aunque intenso.

El día 23 me sentía extraña, pero nada que me hiciera saltar la alarma. Consulté a mi matrona, mi amiga, comentándole los síntomas, pequeño resquemor como del comienzo de una regla y me dijo con entusiasmo: quizás está empezando ya!.

Al día siguiente ella estaría trabajando y me propuso que me pasara y "echaríamos un vistazo".

Me ilusioné porque lejos de pensar en lo que se avecinaba, quería saber que peso traía Lucas.

Esa noche fue una de las noches que mejor dormí de todo el embarazo. Sorprendentemente, no me desperté por ninguna razón, ni por el calor, ni para ir al baño....

Una vez amanecido, quedé con mis padres a las 11:30 h. Ellos me recogerían y me llevarían al hospital, un ida y vuelta, y Gonzalo también nos acompañaba. Bajé la bolsa que tenía preparada, con la idea de que mi padre la dejara en el maletero y cuando el parto llegara algún día ya no tendría que venir a mi casa a buscarla.

De camino al hospital sentí un "crujido", algo rápido. Gonzalo me miró, yo lo miré y entonces..... plafffffffff. Una fuente emanó de mí y no pude más que decir, "acabo de romper aguas!"

Mi madre, tan contenta, sólo contestó: "Pues nada, estamos de camino"

5 minutos más tarde estábamos en la puerta de urgencias. Cuando mi matrona me vió y supo en el estado en el que llegaba me dió un abrazo al que yo respondí fundiéndome en él y contenta por los acontecimientos.

Entonces todo empezó a pasar a una velocidad vertiginosa. Yo sonriendo, divina, feliz, me coloqué en monitores. Las primeras contracciones ya habían llegado. Me hacían pensar si no estaban siendo demasiado fuertes tan pronto. Mi matrona me reconoce, yo estoy sudando, pido la epidural, tuerce la cabeza, se encoge de hombros, "estás de 6 centímetros", "¿cómo?", "acabo de llegar".... más besos, otro abrazo, un "¿tan bien te vas a portar...?"...

Yo me dejo hacer y pido la epidural una y otra vez. He estado pensando durante todo el embarazo que después de 16 años, es la diferencia más maravillosa con la que me voy a encontrar a diferencia del nacimiento de Gonzalo. Por fin el anestesista llega. Me sacan de monitores para entrar en la habitación de al lado, dilatación, y aplicar la epidural lo más rápido posible, pero entonces aúllo, grito... y mi matrona me mira.... "esto no es de dilatación, vamos a paritorio!". Y el anestesista se aleja sin cumplir con su cometido mientras yo lo sigo con la mirada y mis pensamientos se agolpan.

Quemaba, quemaba mucho, y Lucas llegó. Su hermano entró con su abuela nada más lo posaron en mi pecho, piel con piel, qué delicia.

Aún me preguntaba a mí misma, qué estaba ocurriendo, yo venía a que me echaran un vistazo y mis padres me recogieron a las 11:30 h. Son las 13:30 h.

3'530 kg y 53 centímetros y mi corazón y el de todos, absolutamente todos, brincando de alegría.

Bienvenido mi amor.