Medidas de seguridad para el bebé en el hogar. Los peligros que esconde la cuna.

Hace tan sólo dos días os contaba la lucha que iniciaba Lucas consigo mismo antes de alcanzar el sueño. Os lo recuerdo aquí.

No me había planteado que la cuna de un bebé podía llegar a ser tan peligrosa y una trampa importante para ellos.

Ayer me dí un susto de muerte.

Gonzalo era un bebé muy tranquilo. Tal y como lo acostaba, así permanecía y  así despertaba por las mañanas.

Lucas es un bebé muy energético y activo. Es dífícil verlo parado. Voltea sobre sí mismo una y veinte veces, quiere alcanzar todo lo que tiene a su alrededor, pero aún no tiene la movilidad suficiente para llegar a ellas.

Ayer por la tarde, cuando Lucas presentaba signos de sueño, como frotarse los ojos con sus manos, lo acosté en su cuna como siempre.

Lo escuchaba juguetear antes de dormir, quejarse y gruñir, como suele hacer cuando no coge el sueño. Ya os mostré como cae rendido al final a lo ancho de su cuna.

En un momento determinado Lucas empezó a llorar, un llanto que me decía algo más y salí corriendo a ver lo que ocurría. Cuando llegué a la cuna no lo veía. Los nervios del momento me hicieron tirar de sábanas y palpar.

Lucas había girado 180º posicionando su cabeza a los pies de la cuna pero introduciéndola a la misma vez debajo de las sábanas. Una vez debajo, entre que las sábanas estaban metidas debajo del colchón y que él no puede levantar su cabeza o coordinar el movimiento de sus brazos para quitarse las sábanas de encima, no podía respirar.

Bien, estos accidentes son mucho más comunes de lo que nos podemos imaginar. Jamás me lo hubiera planteado. Quizás muchos de vosotros sí. He pensado en puertas, ventanas, productor fuera del alcance cuando empiece a andar..., pero su cuna, el lugar donde un bebé deposita sus sueños más dulces, podría llegar a convertirse en una trampa peligrosa.

Quisiera no haber pasado por ello para tomar medidas. Por eso, si podéis divulgarlo y ayudar a que las medidas se tomen antes de pasar por un rato tan agustioso principalmente para el bebé, serviría de gran ayuda.

La cuna de Lucas se ha quedado ahora tal cual, a secas. Sin adornos, sin sábanas ni manta, ni edredón, si almohada...

Por suerte, ya contaba con sacos de dormir para bebés. Entre ellos, uno muy calentito que gané en un sorteo y del que os hablé aquí. Con ello, me aseguro de que Lucas no sienta frío y nada le haga correr peligro.

Aún no me he recuperado del susto y tengo la imagen de por fin tenerlo en mis brazos y abrazarlo sano y salvo.

He encontrado unas recomendaciones de la Clínica Santa María donde enumeran varias medidas de seguridad relacionadas con la hora de dormir entre las que se encuentra el punto número 3. relacionado con la cuna del bebé pero todas ellas son muy importantes y conviene tenerlas muy en cuenta. Podéis leerlas aquí

Os agradecería que compartierais otras medidas de seguridad que hayáis puesto en práctica para que los bebés se encuentren en un entorno seguro.