Las primeras Navidades de Lucas. Crónica de un día navideño.

Todos coincidiremos en que las primeras veces de todo lo que nuestro bebé hace nos hace sentir inmensamente felices.

Hoy hemos vivido un día tan especial!

Voy a ser generosa en fotos porque una imagen vale más que mil palabras.

Para celebrar mi santo en el día de La Inmaculada, hemos ido a comer a casa de los abuelos. Benditos abuelos y qué felices son con sólo mirar a Lucas.

Por la tarde, Gonzalo, Lucas y yo nos hemos ido al centro de la ciudad. Para ello hemos cogido el autobús. Lucas ha dormido todo el camino.

Todos los comercios estaban abiertos y el centro estaba abarrotado de personas paseando, de artistas cantando, bailando, simulando posturas,.... En los escaparates, árboles, guirnaldas, bolas de navidad que brillaban... Y cuántos carritos de bebés, embarazadas, niños ilusionados con los colores.

Mi plan era merendar los tres, incluído Lucas, en la cafetería de El Corte Inglés, suponiendo una tarde tranquila. Pero se vé que no soy original en ideas y todo el mundo pensó lo mismo que yo.

La cafetería está en la quinta planta, la última, así que en esperar el turno de los ascensores, tres colas de carros, una para cada uno de ellos, subir a la quinta planta, comprobar que la planta donde se encuentra la cafetería es la planta que han habilitado para los juguetes (no me digas que no está estudiado), comprobar que hay una cola kilométrica para entrar en la cafetería, volver a guardar una de las tres colas para volver a coger el ascensor y llegar abajo, 45 minutos de aventura bien contados.

Nos olvidamos de la merienda y nos fuímos a Plaza Nueva a la espera del encendido de las luces. De nuevo todo el mundo pensó lo mismo y a las seis y media en punto, gritos y aplausos de emoción y alegría. Aún me emociono cuando lo recuerdo. Y fotos, muchas fotos!

Mi fotógrafo por excelencia, Gonzalo, estudiaba todos los ángulos posibles y qué fotos más bonitas nos sacó.




Lucas se contagiaba de nuestro entusiasmo.



A la vuelta, dispuestos a coger el metro, hicimos una parada para tan ansiada merienda, por fin! Y tuvimos nuestro tiempo relax.



Al llegar al metro, ni la cola del cuponazo! Más carros, más bebés, más personas con la misma idea, y de nuevo risas y conversación a la espera de que nos llegara el turno.

No cambiaría este día por nada porque no he podido estar mejor acompañada y sentirme más feliz con mis dos luceros!

P.D. Y por la mañana habíamos adornado nuestra casa!


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