Como no reaccionar ante la comunicación de un mal comportamiento de nuestro hijo en la guardería

La respuesta al título de mi entrada de hoy, Como no reaccionar ante la comunicación de un mal corportamiento de nuestro hijo en la guarde, es, "como yo he reaccionado".

El primer consejo a tener en cuenta que yo misma debería aplicarme es "guarda la calma".

Todos queremos llegar a la puerta de la escuela o la guarde con una sonrisa de oreja a oreja y escuchar que nuestros hijos se han portado genial, han obedecido en todo, han participado de todos los juegos, han compartido con sus compañeros los juguetes, han comido sin incidencia..., en  definitiva, que todo ha ido de lujo.

Pero no siempre los días son redondos.

El viernes pasado dejé mi coche en el taller, y a las tres de la tarde, cuando salí del trabajo, cogí un par de autobuses para llegar a recoger a Lucas. Una llega sudando con unos 38ºC del mes de Junio y con el estómago pegándote bocados pero pensando que es viernes!! Y cuando se abre la puerta de la guarde, la cuidadora que hace el turno te dice, "me ha dicho su seño que hoy ha arañado a una niña".

Que te lo digan una vez tiene un pase, pero que sea la segunda vez en una semana, te deja sin palabras.

Mi primera pregunta siempre es la misma, "¿cómo ha ocurrido?"

La verdad es que se me hace muy difícil pensar que sin venir a cuento, en un momento cualquiera y sin motivo aparente, de pronto Lucas se levante y se dirija a un niño para arañarle la cara.

Si encima la educadora del turno no te sabe dar una respuesta porque no estuvo presente y no le han explicado más, hizo que mi fin de semana empezara con un interrogante enorme en mi frente que ocupaba en su totalidad cada uno de los hemisferios de mi cerebro.

No se tú, pero yo empezaba un fin de semana a la espera del lunes un poco paranoica con todo.

Hoy más tranquila y después de haber pasado un fin de semana genial con Lucas puedo hacer una valoración más objetiva de la situación.

Este fin de semana hemos ido a un concierto, a un musical en el teatro, hemos compartido ratos de piscina y juegos con mucha personas. Todo ha ido sobre ruedas. Han surgido conflictos, como no, es imposible que no surjan en continua relación con los demás. Pero lo más importante es que los hemos gestionado bien.

Y mi conclusión ha sido que está bien que recibamos la comunicación de que nuestro pequeño ha pegado, arañado, empujado o cualquier otra acción que hay que corregir en cualquier día. Pero estas cosas forman parte de su desarrollo y aprendizaje. Una vez que ocurre, confiaremos en que estos actos serán reconducidos y corregidos. Podrían ocurrir más veces de las que deseamos. Forma parte del camino.

Actuaciones aisladas similiares no nos indican que los niños estén entrando en una dinámica preocupante de problemas de conducta. Simplemente están aprendiendo.

Si buscamos información al respecto en internet, casi todo lo que encontraremos nos conducirá a como resolver problemas de violencia y agresividad. Tenemos que tener cuidado en como impacta esta influencia tecnológica en la construcción de nuestra visión hacia nuestros hijos.

También es importante que transmitamos a la escuela como es la real vida de nuestros hijos fuera de la escuela. Así podremos identificar si los hechos que se producen están acompañados de algún estímulo que los hace reaccionar así, dentro de la escuela, fuera de ella, o en más de un escenario.

Siempre con prudencia y teniendo en cuenta que la formación del yo de nuestros hijos está en plena edificación y esperamos también de los profesionales que le rodean en la escuela un buen juicio del día a día de nuestros pequeños.

Fuente: Niños jugando, Internet. Sin restricciones de derecho de autor conocidas

En el centro de Educación Infantil la estimulación de una imagen positiva no puede realizarse en un espacio del día reservado específicamente para ella. La autoestima se trabaja en la etapa de  Educación Infantil al recibir cariñosamente y de forma singular a cada uno de los niños y niñas por la mañana; también, cuando el educador le estimular a ir siendo independiente en colocar sus cosas y procurarse los materiales que necesita, cuando le confía la realización de una determinada tarea rutinaria o le incita a resolver un problema; cuando acepta sus diferencia con respecto al grupo, las valora como algo natural. (Castillo, 2006)

Bibliografía:

Castillo, Á. G. (2006). Didáctica básica de la educación infantil: conocer y comprender a los más pequeños (Vol. 104). Narcea Ediciones.

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2 comentarios:

  1. Como bien dices son etapas por la que pasan los niños y si solo es de vez en cuando no pasa nada.
    Haces bien manteniendo la calma y seguro que con el tiempo esos comportamientos cesan.
    Besos!

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  2. Gracias María!
    Qué difícil se hace a veces. Besos para vosotros!

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