Algo se muere en el alma, cuando una madre se vá

Tuve la gran fortuna de conocerla

Así era ella. Ya algo me decía que contaba con muy poco tiempo y quise aprovecharlo al máximo este año.

A lo largo de nuestra vida hemos vivido y compartido etapas de todo tipo. Este año he hablado mucho de tí. En mi entrada, en la que me refería a los abuelos, claramente te describía:

Así era mamá

Este año quise crear recuerdos. Recuerdos de momentos compartidos contigo. Se lo dije a muchas amistades, cuando hablábamos del paso del tiempo y de que nuestros padres se hacían mayores. No quería dejar escapar instantes.

¿Qué se puede decir de una madre que no esté dicho ya?

Yo puedo decir que no recuerdo tus gritos ni tu impaciencia. Recuerdo tu dulzura cuando hacías frente a mis llantos o el llanto de mi hermano, pequeños aún, y en lugar de desesperarte nos decías:

"No llores más "miarma", que te vá a doler la cabecita"

Ya quisiera yo reaccionar así con los berrinches que Lucas está cogiendo este año.

Gozabas de una elegancia sencilla. No conociste vanidad ni codicia. Te hacía feliz tu familia, tenerlos cerca, tu casa y tus hijos éramos tu único mundo.

¿Cómo lograste mantenerte al margen, limpia? ¿Cómo lograste mantener tu ingenuidad y un corazón tan noble a pesar de las experiencias, de los años?

Esta entrada no está a la altura, a la que te mereces. Ninguna podría expresar la huella que has dejado en todos nosotros.

Pero mamá, estoy feliz por tener la sensación de que he aprovechado el tiempo contigo, por haber trasmitido a mis hijos el cariño, respeto y amor hacia tí y hacia papá, por valorarte y admirarte, por no tener que arrepentirme y por no tener cuentas pendientes contigo antes y después de tu partida, por haberte visto satisfecha, contenta y en calma por ver como tus hijos estaban a tu lado mientras nos despedíamos antes de tu marcha, por el ejemplo que nos has dado hasta en el momento más delicado de la vida de una persona, en el que empieza a darle la mano a la muerte y es consciente de ello.

Qué valor y cuanta fé, la que te hizo entregarte a tu destino con total aceptación.

Qué forma tan digna de abrazarnos y de decirnos adiós, de darnos la oportunidad de decirnos cuanto nos queríamos, y que delicadeza a la hora de cerrar los ojos.

Todo mi ser está lleno de tí. No puedo más que agradecer la herencia que me has dejado, todo virtudes.

Pelearé cada día por estar a la altura y no defraudarte y ser capaz de derrochar la humanidad que rebosaste durante  tu paso por este mundo.

En honor a tí, a todo tu ser y la vida ejemplar que nos dejaste.

Con Lucas tan pequeñito, no puedo poner en práctica los consejos y recomendaciones de la entrada que escribí hace algo más de un año. No puedo hacerlo como lo hice cuando mi hermano se marchó, al que ya estás abrazada, algo que tanto ansiabas. Os imagino a los dos llenos de gozo

Como afrontar la pérdida de un ser querido


Pero a sus 27 meses, de momento y para empezar, te tiramos un beso al cielo, cada mañana, a la "lela", como él dice. A veces no me presta atención, pero lo hago sabiendo que te llega y que te hace tanta gracia, que echas carcajadas, como las últimas que te escuché el último día que estuviste consciente, feliz porque tu hijo te esperaba.

Y por las noches, te pedimos que cuides de nuestros sueños. Algún día él lo hará por sí mismo.

Cuidar de nosotros desde donde estéis. Papá y nosotros pensamos en vosotros a cada instante.


Fuente: Elaboración propia



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4 comentarios:

  1. Animo Inma. Tú entrada me ha dejado con el corazón encogido... la despedida más bonita que jamás leí.
    No se cual de las dos ha sido más afortunada... si tú, por haber tenido una madre como la que describes o ella por haber tenido una hija como tú... pero estoy seguro que donde quiera que esté,se sentirá orgullosa de tí.

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  2. Andrés, gracias por tu sensibilidad y tus palabras

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  3. Uf. Tu entrada me ha dejado el corazón encogido. Me he visto reflejado en muchas de las situaciones que has descrito. Pero, aunque es triste, sé que "ellos" se hallan en un bonito lugar.

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