Por primera vez, la madre del novio

Momentos que sabes que algún día llegarán pero no dejaba de verlos lejanos.

A partir de ahora, dejo de nombrarlo “mi adolescente”, como he venido haciendo en las anteriores entradas para referirme a él, y paso a hablar de “mi mayor”. Es hora.

Emocionada estoy con ello. Ahora sé lo que se siente.

Ayer noche recibo un whatsapp de mi mayor preguntándome:

 “estás? “.

No suelo estar a esa hora despierta pero después de una tarde con mi amiga y su peque y carreras de un lado a otro , berrinches, risas y demás, necesitaba estirar las piernas en el sofá y respirar antes meterme en la cama.

Extrañada por la hora, no le contesté el mensaje y lo llamé directamente por si ocurría algo y me necesitaba.

Pues sí que ocurría.

Entre risas nerviosas y un “me dá vergüenza decírtelo mamá”, expectante y tranquila recibí un “es que tengo novia mamá”.

Bien, no es por echarme flores, pero creo que dí la talla. Ya el día de su graduación, la madre de su mejor amiga, me dijo que echaba de menos que mi mayor no se pasara por su casa desde que estaba saliendo con alguien. Se lo conté a él y me dijo que no pasaba por allí teniendo en cuenta la época de exámenes y que no llevaba una racha muy boyante con su mejor amiga y claro, la madre de ella no lo sabía.

Así que, ingenua de mí, tal y como suele ocurrirnos con nuestros hijos y, creyendo que yo era la que tenía la verdad conmigo, me lo creí, pensando que la otra estaba equivocada.

Mi mayor me explica que le molestó mucho que me lo adelantaran así porque él tenía planeado contármelo cuando la Selectividad pasara, tal y como estaba haciendo, y encontrándose más seguro de su relación.

Le hice saber que no tenía importancia y que era de lo más natural del mundo. Y más a su edad.

A lo que me dijo:

 “y mañana te la voy a presentar”

Hasta la próxima semana él se encarga de recoger a Lucas de la guarde y se encarga de él hasta que llego del trabajo. 

“Vamos a ir los dos a recoger a Lucas y cuando llegues del trabajo te la presento”

“Vale cariño, pues mañana os veo”  y a la vez pienso: “y te vá a ver cambiar el pañal de caca a tu hermano?, jajaja, menuda papeleta te toca”

Cuelgo el teléfono y,  ya está??? Que te crees tu eso. Después de esa calma que le ha transmitido seguridad, yo también sé mentir, llega el caos!

Escribo a mi hermana otro whatsapp:

 “está despierta”,

 “sí”,

“te llamo”

Después de una breve introducción….

 “que tiene novia”,

“ay madre…”

“ya era hora…, y me la presenta mañana”

“ay, madre…”

“ya te contaré”

“muchas risas de las dos”

Y entonces, me baño de calma de nuevo y envío otro whatsapp:

“bueno cariño, y como se llama?” – “te pregunto a ti porque no quiero preguntar mañana todo”

“Está muy nerviosa mamá, no le vayas a dar mucha caña”

“Caña? Yo? No hombre, por eso te hago a ti las preguntas” – “Compañera del instituto? Skate?”

“No, ninguna de las dos cosas” – “ La conocí en Feria”

“Ahhhhhh, en tu primera monumental borrachera?”

“jajajajaja, no, no, eso fue el día antes”

“Entonces, te conoció con tu primer resacón del quince?”

“sí, sí, jajajaja”

“Y, que edad tiene?”

“Mi edad, también acaba de hacer selectividad”

“Bueno, cariño, Lucas vá a amenizar el encuentro con toda seguridad. Mañana os veo”

Y de repente, me doy cuenta de que he empezado a hablar en plural. A partir de ahora, tendré que aplicar el plural en mis conversaciones con él muy a menudo.

Dejamos de hablar y de nuevo el caos! :

Mañana viene! La mesa del televisor tiene demasiado polvo, me tiene que dar tiempo a hacer la cama antes de irme, no puedo dejar los platos de la cena pendiente de fregar, tengo que recoger los hot wheels de Lucas, como me visto mañana?, como me peino?, no quiero parecer muy mayor, tampoco arreglarme demasiado, voy a estrenar los zapatos negros, no le he preguntado el color de su pelo, será muy timida?, la tendrá en Facebook?, como serán sus padres?…….. son las once de la noche y tengo que dormir!!

Esta mañana de camino al trabajo:

Qué fácil me lo ha puesto siempre. Recuerdo la noche que me escribió una nota, hace cinco o seis años, aún pequeño, la conservo, dónde me pedía ayuda porque se había enamorado de una chica. No levantaba dos palmos del suelo!!

También hace varios años, a la entrada de secundaria, un día me preguntaba que cómo se comportaba uno cuando tenía novia.

"mamá, tengo que pagarlo yo todo? "

Todos aquellos momentos fueron entrañables. Ahora ya no me pregunta nada. 

Si esto hubiera ocurrido a los catorce años me hubiera sentido más nerviosa, pero ahora, es su momento, de lo más lógico del mundo, que instantes más bonitos les quedan, estaré ahí para lo que necesiten, empezarán a venir juntos a la comida familiar con abuelos y titos una vez al mes fuera de casa?, siento que estamos creciendo, le caeré bien?, espero no ser pesada y que esté a gusto.

Sin duda, Lucas hará que todo sea muy, muy sencillo, distrayendo la atención, con sus gritos de alegría y su carrera a abrazarme cuando llegue esta tarde del trabajo y todos nos echaremos a reír. Y sí, he estrenado mis zapatos nuevos, como hice en los primeros días de trabajo en la empresa. Parece que  se convierte en ritual de muchos comienzos. Empezando con buen pie

Fuente: Elaboración propia

Esta es una de las innumerables formas en la que una madre se puede sentir ante la presentación de la novia de su hijo, primera vez, el mayor y el primogénito en este caso. Esta ha sido  mi forma, mis reacciones y mis pensamientos y,  estoy feliz!!

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