Pues sí, ya terminó su bachillerato. Las dos últimas semanas antes fueron de infarto. Nervios a flor de piel, exámenes finales, incertidumbre, preocupación, ansiedad por los resultados finales...
Como no, me ví metida en algún que otro fregado tal y como he acostumbrado a hacer todos estos años.
La profe de mates tiene un pequeño accidente, un perro le clava el colmillo y, por motivos que descanozco, el animal luego fallece. Etapa de duelo. La profe coge la baja. No hay sustituto y nadie explica nada. Día del exámen final, aparece un sustituto, reparte el exámen, termina el exámen, llamo a mi hijo por teléfono, no puede más, en el exámen ha entrado materia que nadie ha explicado, me duele esta injusticia, llamo al jefe de estudios a la hora de salir del instituto, lo cojo saliendo por las puertas, le expongo el problema, me dice que los van a ayudar, pasa el fin de semana deseando que llegue el lunes, llamo el lunes a primera hora de la mañana, el jefe de estudio se encuentra en clase, me presento en el instituto, lo interrumpo en su despacho, reunión improvisada, me asegura que están estudiando la situación, estoy tentada en llamar a otros padres porque me parece que soy la única que está preocupada y no me lo expllico, llamo a mi hijo para informarle, dan las tres de la tarde, el jefe de estudio no me llamó tal y como me dijo, martes por la mañana, llamo a primera hora, se pone al teléfono, ninguna sorpresa en las notas.... APROBADO, y respiro.
Y como Escarlata en Lo que el viento se llevó, juro por dios que nunca más me veré envuelta en un marrón igual.
Dios de mi vida, el corazón me pide que me tome las cosas de otra manera.
Y esto fue sólo con respecto a las mates.
Y en medio de todo este caos y cóctel de emociones, recuerdos y más recuerdos que quise plasmar en una carta dirigida al instituto y que aquí dejo para que la memoria ram la almacene ante el riesgo de que mi memoria pueda algún día crear recuerdos borrosos
Buenas tardes Juan Manuel,
A tí dirijo mi carta porque tengo plena confianza de que se la hagas llegar al resto del profesorado. Por favor, te pido que incluyas al profesorado de todos los cursos y no solo de los que han participado en este último, porque vá dirigida a todos ellos.
Ojalá mis palabras sean reflejo de los pensamientos de todos los padres que este año dejamos de estudiar en el Bécquer.
Este año yo dejo de estudiar en el Bécquer junto con Gonzalo porque me he mantenido junto a él, lo más cerca que he podido, durante estos 6 cursos.
Tengo mis recuerdos patentes desde su primer día de clase. Tan pequeño, sin haber dado aún el estirón y cargaba con su mochila. A diario lo llevaba en coche y esperaba a que entrara por las puertas para seguir mi camino al trabajo. Lo dejaba en vuestras manos y confié siempre en vosotros.
En cada uno de los cursos asistí a las reuniones de principio de curso y mantenía una por cada evaluación con el tutor que correspondía cada año. Con unos tuve más roce que con otros. Recuerdo mis reuniones con María Alcalá, que tanto sufrimiento ha causado a Gonzalo desde el primer momento. Sin embargo, quiero que sepas María, que no me he rendido en hacer que Gonzalo entienda que los querías, que luchabas por ellos, que no solo te interesaba la materia sino que te importaban enormemente como personas. Lo supe ver en cuanto te conocí. Que los impulsabas al esfuerzo no facilitándoles las cosas.Gonzalo lo ha entendido y aún lo verá con más claridad cuando pueda comprobar por sí mismo a lo largo de su vida muchas de tus enseñanzas, el orden, el esfuerzo diario y el responsabilizarse de sus actos. Gracias por las conversaciones que tuvimos y por tu ayuda para lograr que Gonzalo tuviera un rumbo claro.
Igualmente a Manuel Jiménez. Creo que fue el primer profesor con el que Gonzalo se sintió mayor. Su cercanía y el respeto con el que los ha tratado siempre hacía que Gonzalo dejara que estuviera cerca. Las palabras de Manuel eran palabras con sentido, coherentes, que siempre tuvimos muy en cuenta. Gracias por abrir tu tiempo para que los horarios de mi trabajo no fueran inconveniente para vernos y ayudar a Gonzalo.
La modalidad bilingüe es intachable. Por experiencia propia de Gonzalo que residió en EEUU durante 8 meses. Gonzalo se desenvolvió como pez en el agua sin complicaciones con el idioma. Sacó la nota más alta en una evaluación que hicieron a todos los alumnos del país, la hacen periódicamente, y por encima de sus compañeros norteamericanos demostró el nivel con el que lo habéis preparado.
Costó al principio que Gonzalo se relajara, en el primer trimestre del primer curso de E.S.O. El creía que no iba a poder. Quien lo diría.
Y así con todos, pero hablar de todos supondría un relato sin fin.
Este seguimiento duró cuatro años. Gonzalo crecía como todos, y cuando comenzó a cursar Bachillerato, le hice saber que estaba ahí porque quería y ya nadie le estaba obligando. Ví la necesidad de depositar en él más responsabilidades y "en teoría" darle más espacio para que reforzara su autonomía.
Cuando ha venido enfadado causa de la normativa del centro, forma de vestir, autorizaciones para entrada y salida del centro, custodia de llaves para uso de los baños, yo me he alegrado. Gracias por hacerle cumplir normas, por enseñarle a respetar... La personalidad de Gonzalo también le ayudó a no saltárselas y a tenerlas en cuenta hasta el último momento, hasta que en Abril cumplió los 18 años y le dije que no volviera a pasarme más autorizaciones de visitas o excursiones y notas porque no le pensaba firmar ni una más.
Anécdotas como esconderse en clase a la hora del descanso porque cerraban la puerta, y luego abrir desde dentro a sus compañeros porque querían permanecer dentro jugando a las cartas. Chiquilladas inocentes que me harán reír siempre.
He tenido momentos en los que he acudido a vosotros frente a problemas como cuando Gonzalo recibió en su ordenador un contenido no apto para menores, me fuí a comisaría de su mano, lo puse frente a la policía, le explicaron lo peligroso de estos actos, acudí a vosotros y convocásteis una reunión urgente con la familia de quien lo había enviado y con nosotros. Gonzalo aprendió que hay límites y que cuando a uno llega algo que no es bueno, debe frenarlo, aplicar el tope y de esa forma una mala cadena se puede cortar. A pedir perdón y a saber perdonar. Gracias por vuestra intervención.
Gonzalo ha convivido con compañeros, bien de su curso o de cursos diferentes que se destacaban de los demás por condición de cualquier tipo. Gonzalo aprendió de la tolerancia hacia los demás y que en este mundo hay cabida para todos.
También escribí una carta al Director que fue publicada en el Diario de Sevilla y que os hice llegar cuando a las aulas accedieron personas animando a los alumnos a participar de una huelga. He dado un poco la lata y necesitaba proteger a mi hijo de cuestiones que todavía su mente no entendía. Esto no fue tan bueno, ejem......
Ahora que veo que quedan sólo tres días para finalizar, cada día le doy ánimos, cada día le transmito fuerza y positividad, cada día se me saltan las lágrimas emocionada por ver el hombre que vá a salir por estas puertas, por las puertas del Instituto Gustavo Adolfo Bécquer, ese al que veía entrar con su melenita, más pequeño en estatura que todos los demás, con su mochila a la espalda y que ahora veo de frente y del que me enorgullezco tanto.
Gracias por haberme ayudado en ese camino en el que mi hijo ya muestra que es un adulto honesto, con ideas claras, autónomo y con un futuro por delante capaz de lograr todo lo que se proponga.
Sé que no os está dando tiempo a organizar una graduación por todo lo alto, al menos eso creo. Pero espero que esta carta demuestre que somos tantos padres los que necesitamos de vosotros y que sigáis preocupándoos en un alto nivel por formar personas de bien para este mundo tan grande.
Gracias siempre
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