Nuestro primer día en el huerto

No me quiero desprender de la vida en la ciudad pero estar en contacto con la naturaleza es algo que he procurado disfrutar siempre.




Si pienso en mis posibles destinos para ir de vacaciones se me viene a la cabeza tierra, animales, granja, campo, oxígeno, verde, paseos, senderos....

Unas vacaciones así son las que realmente me relajan.

Pero en este caso, no se trata de esperar a unas vacaciones, sino de integrarlo en nuestra vida diaria.

Desde que estaba embarazada daba una y mil vueltas a como podría montar un huerto o jardinera en casa. Pensaba a menudo en ello. Y eso que las flores no son los mío. Aunque tengo una flor de Pascua que ya ha sobrevivido dos Navidades.

 Descubrí muchas posibilidades y si buscamos encontramos cucadas. Teniendo en cuenta que vivo en un piso y el balcón lo recorro dando dos zancadas largas de ancho y media de largo y no cuento con mucho espacio.

Barajé la posibilidad de montar un huerto urbano en el jardín común de mi bloque, o en la azotea.

Se me han ocurrido muchas ideas.

Desde que supe que mi amiga tiene uno y me dio a probar habichuelas gigantes, calabacines gigantes... porque todo lo que allí crece es gigante, aún se reforzaron más mis deseos.

Ya me imaginaba con mis tomates y mis patatas.

Este fin de semana tuvimos la oportunidad de unirnos a un grupo que compartía huerto y hoy acordamos que iríamos a conocerlo y a que nos explicaran como se organizaban. La forma en la que se organizan no me gusta demasiado, no lo veo claro. Pero lo que si es cierto es que Lucas y yo hemos pasado una mañana muy divertida y nuestra primera toma de contacto con la tierra ha sido un éxito para los dos.

Desde que Lucas cogió la regadera no la quiso soltar más. Reconoció de inmediato los caminos entre las líneas sembradas para no pisarlas. Llenó su regadera cuatro veces por minuto..., tengo que concienciarlo en el uso responsable del agua, porque aunque toda la que pedía era para las plantas, las pobres empezaban a estar ahogadas a pesar del calor que hacía.

También tengo que convencerle de que llenarse los pies de tierra no es problema porque se negaba a dar un paso mientras los viera sucios y salir de allí limpio es misión imposible.

Visualicé claramente como podría ser nuestro propio huerto, qué sembraría, como lo adornaría, y ya no lo dudé más. Podría llamarlo La princesa y el guisante.... o........ pensaré en otro nombre.

Creo que dentro de poco podría abrir una sección en el blog donde solo hable del huerto porque vamos a tener mucho trabajo y estoy muy ilusionada con el nuevo proyecto.

He decidido hacerlo por mi cuenta y no compartirlo. No lejos de casa tenemos un cortijo donde alquilan parcelas de diferentes tamaños para el uso del cultivo ecológico exclusivamente. Y el precio es casi simbólico. Mañana mismo ya tengo una cita para visitarlo y voy casi convencida.

Tenemos parcelas en la ciudad que se sortean y adjudican sin coste alguno, pero no tengo paciencia para esperar a que abran el plazo de solicitud que no sé cuanto tardará sin tener la seguridad de poder ser una de las afortunadas.

Dentro de poco seremos hortelanos!! y os iré contanto....

Fuente: Elaboración propia

Copyright:

Todos los contenidos de este blog son originales y propiedad intelectual de su autor, excepto cuando así se consigne mediante la debida cita textual y referencia bibliográfica. Todos los textos aquí publicados pueden ser citados, con los respectivos créditos, y reproducidos parcialmente para fines académicos o de uso personal. Se prohíbe la reproducción parcial o total de estos materiales para fines lucrativos o comerciales sin la expresa autorización y consentimiento de su autor.