Esta mañana sentí volar. Despedida de la primera guardería de Lucas

Como en tantos momentos en el que permito que mi mente se separe y divague sin control


Hace ya año y medio escribí la siguientes entrada La música y sus beneficios. A los niños les encanta.

El piano lo vendí, me fue necesario, quien sabe, algún día podría tener otro. La guitarra y el órgano lo tenemos en casa.

Ahora en verano, ocupamos la mayor parte del tiempo en la piscina y el tiempo que dedicamos a la música se resume en los traslados en coche y alguna mañana de limpieza. No falta la música a la hora de dormir, son dos años ya con Mozart acompañando los sueños de Lucas.

Sé que a la hora de la siesta, en la guardería, durante todo el curso, también escuchan música relajada, casi siempre clásica.

Hoy es el último día de Lucas en su guardería. Llegó a ella por reubicación. Nos nos pertenecía. Y ahora siento una congoja por separar a Lucas de sus primeros compañeros de fatiga, primeras palabras, primeros abrazos, primeros besos, primeros mejores amigos, almuerzos y siestas compartidas, canciones, bailes, primeras fiestas de cumpleaños, primeras pinturas, primer regalo a mamá por el día de la madre, primeros madrugones de su vida, primera vez que lo consolaban en su llanto, primeras peleas, primeras reconciliaciones.

He estado tranquila y feliz sabiendo que Lucas estaba en buenas manos, cariñosas y acogedoras.

Sé que Lucas ha aprendido allí tantísimas cosas que yo desconozco y hubiera dado cualquier cosa por asomar mi nariz una mañana y ver como era su vida sin mí antes de cumplir los dos años.

Palabras de agradecimiento hacia todas ellas que han estado junto a Lucas y junto a mí durante tantos meses y ese especial cariño insuperable que siempre se mantiene vivo y entrañable en nuestros recuerdos. Gracias por vuestra ayuda.

Aún recuerdo a Blanca, la bébe a la que Gonzalo adoraba cuando él tenía dos años y a Miriam, su mejor amiga que sentía algo especial por él y se ponía roja como los tomates cuando lo tenía delante a tan corta edad.

Nos llevamos con nosotros a Paola, Mateo, Lucía, Candela.... y tantos más

Venía pensando en todo ello cuando lo dejé con su seño Carmen María de la que ya me despedí y coincidió con una pieza del pianista Paul Cardall que me ha dejado enamorada por su fuerza.

Aprendí que este pianista nació con medio corazón y después de varias operaciones y sin esperanza de vida se convirtió en un gran compositor.
Actualmente promueve varias causas y en especial esta pieza está dedicada a los niños con malformaciones congénitas del corazón.

He leído que su música, de hecho, apacigua el corazón. Al mío lo ha dejado cargado de fuertes sentimientos

Encantada de compartir mi descubrimiento del día de hoy




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