Los piojos pueden llegar a traernos de cabeza.
Yo también he caído en el uso de productos químicos. El desconocimiento, no tener al alcance tantos medios que proporcionan información, ha hecho que de forma inconsciente haga uso de un remedio que no considero bueno pudiéndolo mejorar y evitando daños colaterales.
Según una investigación del CSIC, publicada en el 2012, se han llegado ha encontrar restos de insecticidas en delfines de Brasil.
Parte de estos insecticidas también provienen de fórmulas antipiojos. Esto es lo que aplicamos en la cabeza de nuestros hijos cuando utilizamos productos químicos.
Según la guía práctica para el control de piojos editada por la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, el uso de productos con insecticida sigue constituyendo un método fiable de control y si se tienen
en cuenta las medidas de protección adecuadas pueden ser seguros, pero no debemos olvidar que son productos tóxicos y que algunos, además, no se pueden usar como medida de prevención y no deben aplicarse a personas asmáticas, embarazadas, no deben aplicarse sobre heridas, que ya el niño ha podido ocasionar arrascándose,....
Esta misma guía informa sobre los aceites como medida alternativa al uso de insecticidas.
Me he decantado por el aceite de coco.
Consisten en la aplicación tópica sobre el cuero cabelludo seco de
manera que por tensión superficial éste penetre en los orificios respiratorios de las ninfas,
adultos y liendres, impidiéndoles la respiración. Aunque no se garantiza la muerte
de todos los individuos de la población, afecta a su actividad lo que facilita su extracción. Esto en el caso de que ya los tengamos encima.
El aceite de coco se puede utilizar para la prevención, no huele mal y es además un potente nutritivo para nuestro cabello.
Para la extracción es indispensable un peine de liendres.
La revisión periódica principalmente en la zona de la nuca y detrás de las orejas es el medio más efectivo de prevención.
Los piojos no entienden de clase social, económica y se puede dar en cualquier cabeza, principalmente infantil. No hay de qué avergonzarse.
Los motivos por los que se suele dar en los niños es por la forma que tienen de relacionarse entre ellos. Cabeza con cabeza es el medio más rápido. Debemos intentar no compartir objetos como gorros, peines, pañuelos...
En caso de infectación, paciencia y comunicar al colegio para que se ponga una mayor atención en los demás.
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