Al infinito y más allá... Beneficios de reptar y gatear para los bebés

Estos dos últimos meses han sido emocionantes para Lucas. Poco a poco empezó a descubrir que el mundo es mucho más grande y que vá más allá de los barrotes de su cuna o las pareces del parque.

El noveno mes se produjo uno de los cambios más grandes. Lucas empezó a desplazarse por sí mismo con la ayuda de sus piernas y sus codos. Completamente tumbado reptando en toda regla.

Quizás más tarde de lo que había leído en todos los artículos que hablan de los diferentes períodos de los bebés. No me preocupada. Tener un hijo mayor es un rodaje y me aporta tranquilidad. Gonzalo no reptó ni gateó nunca. Empezó a andar buscando apoyos y el mismo día que cumplió un año empezó a dar sus primeros pasos sin ayuda.

Que Lucas no lo hiciera no me ocasionaba ninguna preocupación pero ésta es otra de las fortunas de ocupar mi tiempo al 100 % a estar junto a él. Poder dejarlo en el suelo y poder vigilar todos sus movimientos. No sin algún pequeño accidente.

Yo también he pecado de novata. Lucas no cesa en sus empeños. Persigue sus objetivos a pesar de los obstáculos con los que se encuentra. Y a veces le ha costado lágrimas y a mí un ratito de disgusto. 

En lugar de tumbarlo directamente boca abajo, lo sentaba con juguetes alrededor. Su visión iba más allá de lo que yo colocaba en sus piernas y la curiosidad podía con todas las barreras. De estar sentado se lanzaba directamente a su objetivo y frenaba directamente con la boca en el suelo.

Dos veces ocurrió en el mismo día. 

A partir de entonces empecé a colocarlo boca abajo y sus brazos empezaron a coger fuerza hasta que no le ha costado ningún trabajo llegar allá donde se ha propuesto. 

Superada esta primera parte enseguida pasó a la segunda. Localizaba perfectamente sus puntos de apoyo, sofá, sillas, muebles,... y enganchado a ellos se impulsaba hasta que sus piernas, igual que sus brazos se han fortalecido y se pone de pie sin problemas también. 

También consiguió sentarte sin ayuda cuando se cansaba de reptar. 

Llegó el momento en el que perdí el miedo a que la falta de equilibrio le pasara una mala jugada y cayera llevándose algún golpe. 

Seguro de si mismo y entusiasmado llega hasta donde quiere y la tranquilidad de Yavi también llegó a su fin. Uno de los juegos favoritos de Lucas es perseguir a Yavi y no dejarlo descansar en su cama. Yavi también agudiza su ingenio y de vez en cuando le hace alguna encerrona, momento en el Lucas ya necesita de mi ayuda como no saber salir de debajo de una cama.

Y por último, dos días antes de cumplir los 10 meses, el 22 de Mayo, en uno de los muchos intentos por ponerse de rodillas, Lucas empezó a gatear y le gustó mucho más que reptar.

Sí  !!   todo eso en un sólo mes, en el noveno!! 

Me encanta verlo en el suelo y decirle "Lucas, ven conmigo, vamos a la cocina". Aunque aún queda para que Lucas atienda mis palabras y, generalmente, gatea en el sentido contrario al que le acabo de indicar.