Síndrome del nido I

Ya es bien sabido por todas la actividad y energía que destinamos a que todo esté a punto y como nosotras queremos para cuando nuestro retoño llegue.
Yo estoy en ese punto en el que no me basta con pensar, sino que siento que no hay tiempo que perder y me tengo que poner manos a la obra.
Así que veo frente a mí todo los desperfectos que debo arreglar. Algunos de ellos incluso pueden ser subsanados por el seguro de hogar pero, ¿que ocurre cuando el seguro de hogar no cubre algo y no puedes permitirte este tipo de gastos?
Pues chicas, podemos con todo, hacerlo una misma!
Con lo que hace una semana el pomo de la puerta del cuarto baño venció y corríamos el peligro de quedarnos encerrados.
Con un destornillador inadecuado (que importante es tener una buena caja de herramientas a mano), me dispuse a desmontar el pomo y con él me fui a la ferretería de mi barrio.
Mira por donde, como nunca me hubiera imaginado, esas piezas que no sabía ni que existían, las venden sueltas y no es necesario comprar el pomo entero. Tenía rotas dos piezas pequeñas.
Luego tuve que montar y desmontarlo dos veces porque no me salió a la primera, pero estaba hecho!!
¿Quien dijo miedo? Ahora, a por todo lo demás!

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