No me puedo creer...... que vayas a cumplir....... 18

Es inevitable,  sólo quedan 17 días.


El número 17 es un número que ha marcado fechas importantes para siempre en mi vida. Para bien y para mal. Del número 17 mantengo buenos y malos recuerdos.

Y hoy mi cabeza no deja de dar vueltas al momento que se avecina y cuando decido escribir sobre ello me doy cuenta de que solo quedan 17 días.  17 días para el 17 de Abril, para que cada vez menos mi adolescente cumpla la mayoría de edad. El 17 de Abril empecé a salir con su padre y el 17 de Abril dimos el último adiós al tito Migue.

Vaya fecha! 17 de Abril.

He cambiado el título de esta entrada 3 veces. Quería llamarla "Gestiones importantes".

Porque esta mañana, aprovechando que está de vacaciones, mandé a mi adolescente a hacer una gestión al banco. "Transferencia periódica", "Línea Abierta", "Autorización para operar", "Solo lectura", son algunas de las expresiones que utilizaba dándole instrucciones vía whatsapp y a las que me contestaba con temor si todo eso tendría que decir como si el asesor que tiene enfrente no lo fuera a entender.

Me encanta la sensación de recordar esa edad en mí y darme cuenta de que todas estas cosas suenan a chino a los 18. Se trata de un vocabulario adulto.

También quise titular la entrada "17 de abril" por todo lo que he contado.

Qué vertigo! Estás a la entrada del mundo de los adultos!!!

Te mirarán de otra forma. Empezarás a dar cuenta más que nunca de todo. Ya lo estás haciendo.

Pero además de los cambios que se producen en tí, están los cambios que se producen en mí.

Siento que me retiro. Me jubilo de tantas cosas en tu vida. Me libero de responder por tí ante pequeñas cosas. Dejaré de firmarte las notas, de enviar justificaciones por falta de asistencia, de firmar autorizaciones para que acudas a una visita cultural, excusiones, salidas anticipadas del instituto.... Dejaré de ser "tu representante legal".

Añoro que te agarraras de mi mano por la calle y que cada noche pelearas para convencerme de que te dejara meterte en mi cama. Una vez concedido, me pasaba la noche sin dormir con tu mano sobre mi cara porque necesitabas notar mi presencia a tu lado. Añoro que me pidieras hacerte cosquillas en la espalda. Que me esperaras asomado a la ventana impaciente por mi vuelta del trabajo. Añoro que me irritaras tanto porque te encantaba hacerme sufrir con cosquitas en los pies. Que salieras de la ducha y te quedaras parado llamándome a gritos para que te diera el albornoz, a pesar de que estaba a tu alcance, porque querías que te sentara en mi rodillas mojado y acurrucado antes de empezar a secarte. Añoro a mi niño.

Esta añoranza se apodera de mí pero también una inmensa satisfacción de dar la bienvenida oficial al adulto que desde hace ya un tiempo llegó a mi vida.  Me gusta el adulto que veo.

Y al final, haciendo honor a la frase que llegado este tiempo y desde hace casi 18 años repito inconscientemente cada año. Sobre todo se me viene a la memoria nuestro camino de casa al instituto en coche. No sé que edad ibas a cumplir, si trece, si catorce, cuando giré la cabeza mientras conducía para mirarte, entoné esta frase "cariño, no me puedo creer...." y tú no me dejaste terminar con cara de "otra vez igual", y la terminaste, "que vayas a cumplir.........."